martes, 2 de agosto de 2011

Para no entender

Un niño pequeño jugando dentro de su casa se acerca sigilosamente a la
habitación de su hermana mayor, quien se encontraba desde hacía una hora
encerrada con su novio.
El chico entreabrió cuidadosamente la puerta de la habitación sin que
ellos se dieran cuenta, observó por un instante y luego se alejó
moviendo la cabeza y exclamando:

"¡Y pensar que a mí me llevan al psicólogo tan sólo porque me gusta
chuparme el dedo!"

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