veían se encontraron:
"Hola, compadre, ¿cómo ha estado?"
"Muy bien".
"Cuénteme, ¿sigue trabajando en aquella carnicería donde le conseguí
trabajo?"
"No, ya no. ¡Me corrieron al tercer día!"
"¿Por qué? ¿Pues qué hizo?"
"Nada, que le metí el dedo a la rebanadora"."
Asustado, el otro pregunta:
"¡No la haga, compadre! ¿Y qué le pasó en el dedo?"
"Pues a mí nada".
"¿Y a la rebanadora?"
"A ella también la corrieron".
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