Una hermosa mujer estaba paseando por un área rural, cuando vio una huerta y se le ocurrió entrar. Ya dentro, encontró una hermosa piscina y, como no se veía nadie alrededor, decidió nadar totalmente desnuda. Así que vio para todos lados, no vio a nadie y se desvistió. Cuando estaba a punto de tirarse al agua, apareció el dueño de la huerta, que había estado escondido todo el tiempo detrás de unos arbustos y le dijo que estaba prohibido nadar.
"¡Podía haberme dicho eso antes de que me desvistiera!", le reclamó ella.
"¡Está prohibido nadar, pero no desvestirse!"
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