martes, 2 de agosto de 2011

Al avanzar la edad

Hoy, cuando fui a almorzar, observé a una señora, como de unos 78 u 80
años, sentada en una banca del parque y llorando desconsoladamente. Me
le acerqué y le pregunté qué le pasaba. Entre lágrimas y gemidos me
contestó:

"En casa tengo un marido de 22 años. Me hace el amor todas las mañanas.
Se levanta y me prepara un desayuno con fruta fresca, pancakes, huevos
fritos y café recién molido".

Un poco sorprendido, le dije: "Bueno, ¿y entonces por qué está llorando?"

"Me hace sopa casera para el almuerzo y mis galletas favoritas. Después,
me hace el amor a media tarde".

Ya verdaderamente extrañado, insisto: "Eso está muy bien, pero ¿por qué
está llorando?"

"Y para la cena me hace comidas de gourmet, con vino y todo y, encima,
mi postre favorito. Y cuando terminamos de comer, me hace el amor hasta
la madrugada. ¡Todas las noches!"

"Pero ¿qué tiene eso de malo, señora, por qué la hace llorar eso?"

Y la señora, en llanto incontenible, me dice:

"¡¡NO ME ACUERDO DÓNDE VIVO!!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario