le dice que no, porque el ave podía morirse; pero como a la cuarta vez,
le dijo que sí.
Un rato después, sale del baño y le dice a la mamá:
"Mami, el periquito se murió".
"Ya viste que los pericos se mueren cuando se bañan".
"No, mami, no se murió cuando lo bañe, se murió cuando lo exprimí".
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