pasto. En eso, en una de sus rondas, un policía lo observa y le pregunta
qué es lo que hace.
"¿Qué no ve que estoy nadando?"
"Por favor, le pido que salga de ahí".
El borrachín se niega y el policía insiste.
"Si quiere que me salga de aquí, venga y sáqueme".
Exasperado, el oficial se quita los zapatos, se remanga la camisa y se
sube las perneras del pantalón, al mismo tiempo que exclama:
"¡Ni que estuviera tan hondo!"
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