teléfono y el médico atiende con una mano en el teléfono y otra dentro
del 'asunto' de la señora. Absorto, el galeno prosigue en el teléfono:
"Sí, señora. Mire, le daré la dirección".
Y así, haciendo señas con la otra mano continúa:
"Da vuelta en la glorieta y dobla a la izquierda en la siguiente
esquina; en la siguiente cuadra vira a la derecha y en la otra cuadra a
su izquierda..."
De pronto, cae en la cuenta de en dónde tiene su mano. Con delicadeza se
dirige a su paciente:
"Perdón, ¿la lastimé?"
"Doctor, ¿me puede repetir la dirección?", responde la mujer con una
sonrisa".
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