que quisieran trabajar con ella. Al poco tiempo ya había una fila
formada frente al establecimiento. Una anciana que pasaba por allí se
detuvo curiosa y preguntó:
"Oye hijita, ¿para qué es esta fila de gente?"
"La muchacha, con vergüenza de decir la verdad, le respondió lo
primero que se le ocurrió:
"Es para treparse a los naranjos y probar naranjas, señora".
La anciana decidió formarse, y tras un buen rato, llegó su turno con
la dueña del negocio, quien, espantada al verla, le preguntó:
"¿Señora, a su edad todavía se trepa?"
"¡Tanto como trepar no, pero chupo que es una belleza!"
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