residencia, que vigilada por muchos guardias. Tomándola de la mano, él
le dice a ella:
"¿Recuerdas, mi amor, cuando éramos novios y hacíamos el amor en medio
de arbustos como estos?"
"Sí, sí me acuerdo".
"¿Qué te parece si recordamos nuestra juventud?"
Entonces, se esconden entre los arbustos y le comienzan a dar duro y
macizo. Uno de los guardias, al escuchar los ruidos, va a investigar y
encuentra a la pareja en el momento menos oportuno.
"¿Qué están haciendo?"
Sacudiéndose la ropa, el viejo rico responde al guardia:
"¡No se preocupe, joven, yo soy el dueño de la casa! Además, ésta es la
primera vez que sucede esto".
"Está bien, pero a la mujer si me la llevo porque ya es la quinta vez
que la encuentro haciendo lo mismo".
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