lunes, 23 de julio de 2012


Ni la suelte

Dos mexicanos fueron contratados para arreglar los jardines de la central de cohetes de la NASA en Houston. A la hora del lunch, éstos acostumbraban tomar un trago o dos de tequila para completar la faena animados. Un día, uno de ellos se encontró un garrafón con el combustible utilizado en las cosmonaves, y se le ocurrió agregarle al tequila unas gotas para ver que se sentía. Después del almuerzo, los amigos regresaron al trabajo cada uno por su lado. De pronto, el teléfono celular (móvil) de uno de ellos suena:

"Compadre, después de que nos tomamos el tequila, ¿se ha echado alguna flatulencia?", le pregunta el otro, que era el que llamaba.

"No, compadre", responde el del teléfono.

"¡Ni la suelte, compadre, le estoy hablando desde Buenos Aires, Argentina!", le advierte emocionado el otro.

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