miércoles, 25 de julio de 2012

Bomberos


Se inicia un feroz incendio en una planta química. El dueño es sacado de la cama en medio de la noche y concurre desesperado, ya que sus fórmulas secretas están en la caja fuerte de su oficina.

El incendio es violento; varias cuadrillas de bomberos se encuentran luchando contra las llamas y otras más vienen en camino. El propietario se dirige al Jefe de Bomberos:

"Mis fórmulas están en la caja fuerte, no me importa la fábrica, pero necesito esas fórmulas. Cien mil dólares para la brigada que las rescate".

La oferta incentiva a los bomberos quienes redoblan sus esfuerzos. Pese a ello, ninguno logra penetrar la furia de las llamas. Viendo que el fuego amenaza con destruir todo, el propietario redobla su oferta gritando:

"Jefe, 200 mil dólares para la brigada que rescate las fórmulas".

Nadie consigue quebrar la barrera infernal. De repente, una cuadrilla de bomberos voluntarios jubilados se acerca al incendio en su vieja au! tobomba; sin detenerse en ningún momento, lanzan la misma contra las llamas derribando paredes y penetrando en el corazón mismo del fuego.

Desde lejos, el resto de los bomberos ve a estos ancianos que luchan salvajemente, toman la caja y consiguen a duras penas abandonar las llamas, chamuscados y tosiendo. El propietario, feliz, se acerca al conductor diciendo:

"¡Gracias, muchas gracias! Ha salvado mi vida y ha ganado la recompensa de 200 mil dólares".

Finalizado el desastre, el dueño se acerca a los ancianos:

"Mañana les entregaré el dinero que tan valientemente se han ganado, pero tengo una duda: ¿qué harán con el mismo?"

El chofer responde:

"Lo primero será arreglar los pinches frenos de la autobomba".

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