Un señor iba caminando por la calle pero calléndose de borracho, entonces al dar la vueta a la esquina ve un rostro de una mujer que le resulta familiar y empieza a gritar:
"¡Ramera cabrona! ¡Ramera cabrona!" y nada más nadie volteaba, así que comienza a gritar más fuerte: "¡Ramera cabrona!"
En eso un señor lo para y le dice:
"Oiga usted, cómo se atreve a decirle eso a esa dama."
"Pues que yo le estaba dicieno su nombre."
"No señor, usted le estaba diciendo ramera cabrona."
Y termina el borracho diciendo:
"Con razon no voltea. Yo lo que creí que decía era el nombre de mi prima: Ramona Cabrera."
No hay comentarios:
Publicar un comentario