Un feligrés va a confesarse:
"Padre, debo confesarle que me gusta decir charadas".
"¿Y qué son charadas, hijo?", pregunta el sacerdote.
"Verá, si usted me pregunta qué es una charada, yo le digo: en el culo le pongo una puntada".
"Más respeto al señor cura".
"Sí, pero en el culo le pongo una costura".
Ya enojado, el sacerdote le grita:
"¡Queda usted excomulgado!"
"Bien, pero le queda el culo remendado".
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