En la alcoba conyugal, la sensual esposa recibe al marido a las tres de la mañana diciéndole:
- Desabrocha mi blusa y déjala sobre la cama
- Sí
- Ahora el sostén, ponlo en la silla
- Claro
- Deja mi falda en el ropero
- Bueno
- Ahora mis pantys en el cesto
- Ya está
- Y que sea la última vez que te pones mi ropa maricón de mierda
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