viernes, 29 de octubre de 2010

Riase: ??

Asisten al entierro de una señora dos hombres; el esposo, abatido,
lloroso, resignado y el amante dando unos alaridos tremendos, llorando
sin consuelo, tirándose los cabellos, a punto de sufrir un infarto.
El marido (ahora viudo) se acerca solícito al amante y con gesto
amigable le dice:
Por favor Lucho, serénate un poco, ¡Ya me volveré a casar!

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