miércoles, 23 de abril de 2008

Querida

Una mujer estaba acompañando, en el hospital, a su esposo quien salía del estado de coma en que había caído varios meses atrás.

Ella había permanecido a su lado todos los días esperando su recuperación y cuando finalmente volvió en sí, él le pidió que se acercara, con lágrimas en los ojos:

- Querida, has estado conmigo siempre en las malas:

Cuando fui despedido, estabas ahí para apoyarme.
Cuando quebró mi negocio, estabas ahí.
Cuando me dispararon, continuaste ahí.
Cuando perdimos la casa, permaneciste conmigo.
Cuando mi salud comenzó a fallar, seguías a mi lado.
¿Sabes qué?

- Dime, mi vida…

- Creo que me traes mala suerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario