viernes, 9 de mayo de 2008

Confesion

Becky estaba en su lecho de muerte. Su esposo, Jake, mantenía constante vigilia a su lado. Él sostenía su frágil mano, y mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas, él oraba por su esposa.

Ella lo miró y sus pálidos labios comenzaron a moverse quedamente:

"Mi amado Jake" susurró.

"Calla mi amada" dijo él "Descansa. Shhh. No hables."

Ella, insistentemente, dijo con cansada voz:

"Tengo algo que confesarte".

"No hay nada que confesar" dijo sollozante Jake "Todo está bien,duerme..."

"No, no, yo debo morir en paz, Jake. Yo me acosté con tu hermano, tu mejor amigo y tu padre."

"Ya lo sé" replicó Jake " ...¡por eso te envenené !"

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